
Los principales fabricantes de automóviles están realizando movimientos estratégicos para transformar sus capacidades de producción, con avances importantes tanto en América del Norte como en Asia. Estos cambios reflejan el giro continuo de la industria hacia los vehículos eléctricos y las tecnologías de manufactura inteligente, marcando cambios significativos en cómo y dónde se producirán los vehículos y sus componentes.
Toyota está llevando a cabo una transformación significativa en su planta de fabricación en Kentucky, con planes de producir dos nuevos modelos de SUV eléctricos de tres filas. Este desarrollo implica el cese de la producción del sedán Lexus ES en EE. UU., ya que la planta se está adaptando para posiblemente albergar un Land Cruiser eléctrico y otro modelo de SUV grande [1].
La transformación de la planta de Kentucky representa la mayor instalación de fabricación de Toyota en el mundo, subrayando el compromiso de la empresa con la producción de vehículos eléctricos en América del Norte. Este cambio estratégico se alinea con los objetivos más amplios de electrificación de Toyota y demuestra la capacidad de la empresa para adaptarse a las demandas cambiantes del mercado [1].
En un desarrollo paralelo, Nexteer Automotive está ampliando su presencia global de fabricación con planes para una nueva fábrica inteligente en Suzhou, China. La compañía ha firmado un memorando de entendimiento para establecer esta instalación, que se centrará en tecnologías de control de movimiento [2].
La fábrica inteligente de Suzhou representa el compromiso de Nexteer con las tecnologías de fabricación avanzadas y su expansión estratégica en el mercado asiático. Este desarrollo señala la tendencia más amplia de la industria hacia la implementación de soluciones de fabricación inteligente y la expansión de capacidades productivas en mercados clave a nivel global [2].